NUTRICIONALMENTE HABLANDO | ||||
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Editorial Frutos autóctonos de Chile y su potencial uso en salud: por una digna valorización Diego F García-Díaz Prof. Asociado. Unidad de Nutrición Básica y Alimentos Director – Departamento de Nutrición
Nuestra naturaleza es un tesoro. Esto es especialmente cierto para nuestro país cuya riqueza salta a la vista, con su larga extensión, interminables costas, lagos color turquesa y frondosos bosques. De norte a sur, nos aporta una variada gama de especies vegetales comestibles de distintos colores, formas y sabores, que en su gran mayoría son especialmente ricos en compuestos de interés para nuestra salud. Nuestra geografía variada permite el cultivo de distintos cereales, frutas y verduras que sostienen gran parte de nuestra alimentación y que son muy relevantes económicamente, ya que componen una parte importante de nuestras exportaciones. No obstante, también existe un grupo importante de especies vegetales nativas que ha ido cobrando cada vez más reconocimiento en términos de sus beneficios para la salud, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. El Copao (Eulychnia breviflora), Zarzaparrilla (Ribes magallanicus), Frutilla Chilena (Fragaria chiloensis), Murtilla (Ugni molinae), Maqui (Aristotelia chilensis) y Calafate (Berberis microphylla), son algunas de ellas (1,2). Estos frutos se caracterizan por tener un contenido importante de micronutrientes (vitaminas) y de compuestos bioactivos, especialmente los denominados “polifenoles”, generalmente conocidos por su importante actividad antioxidante. Varios grupos de investigación en Chile han descrito como el consumo de estas especies podría contribuir a prevenir y/o mejorar el manejo nutricional de enfermedades como la diabetes, la obesidad o las enfermedades al corazón. Por ejemplo, se han reportado propiedades cardio-protectoras muy prometedoras con el consumo de murtilla (3), mientras el de maqui podría ayudar a combatir la diabetes (4), y el de calafate a la obesidad (5). No obstante, aunque nuestro equipo y otros han descrito estos efectos con bastante detalle, sentimos que todavía falta para una real valorización de estas especies nativas.
Una limitación para lo anterior es que estas especies tienen, en general, una distribución muy local y que su domesticación es, a veces, reciente. Encontramos, por ejemplo, el copao en el norte de Chile y el calafate muy al sur. Naturalmente, la recolección y/o cultivo de estas especies en dichas regiones, es una fuente de trabajo, sustento y emprendimiento, y se asocia frecuentemente con un sentimiento de pertenencia e incluso de orgullo en ciertas localidades. Así, trabajar en toda la cadena de valor asociada, desde la recolección hasta el trabajo científico, tiene un sentido muy especial. Las/los científicas y científicos que trabajamos en esta línea sentimos que estamos apoyando la valorización de cada especie para aportar a cada localidad que las cultivan.
Aún quedan muchas preguntas por responder: ¿Qué cantidades hay que consumir?, ¿con que frecuencia?, ¿de qué forma?, ¿cuál es especie es mejor?, etc. Respecto a la valorización de estas especies nativas, para que esta sea eficiente, es necesario un esfuerzo conjunto y un dialogo constructivo entre los distintos actores involucrados en su manejo, incluyendo a las comunidades que han usado ancestralmente estas especies, los productores, recolectores, emprendedores, científicos y tomadores de decisiones. En este sentido, estamos convencidos que la forma de abordar el problema es a través de la divulgación. Debemos sentarnos a conversar y a escuchar. Esta es la única manera sobre la cual todas y todos podamos sentirnos orgullosos de conseguir una digna valorización de cada una de estas especies. Una digna valorización de lo que es nuestro; en Chile, y para el mundo. Referencias
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